Por Ricardo Serruya
Es sabido que distintos cursos de agua se encuentran contaminados. Los desechos industriales y los agrotóxicos suelen ser los elementos que enferman y matan nuestro ecosistema.
Esto es lo que está ocurriendo en el arroyo Los Troncos ubicado en el Dpto Las Colonias, entre las localidades de San Matilde y San Agustín, a tan solo 35 kilómetros de la ciudad de Santa Fe.
Se trata de una zona agroindustrial que forma parte de la cuenta lechera. Como sucede con otros cursos de agua, en este arroyo confluyen diferentes canales clandestinos, realizados para derivar de manera ilegal compuestos industriales contaminantes.
Nada nuevo, se trata de construcciones ilícitas que, en ocasiones vierten el agua acumulada por lluvias para evitar que los campos se inunden y derivando gran cantidad de agua a otros campos o a localidades que sufren tremendas inundaciones, o para verter componentes químicos o deshechos que contaminan cursos enteros de agua.
En este caso efluentes de industrias lácteas y la presencia de agrotóxicos empleados por el modelo transgénico agropecuario fumigador transformaron este lugar en un tremendo cóctel contaminante.
En agosto del año pasado integrantes del Laboratorio de Ecotoxicología de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral presentaron un trabajo en el XXIII Congreso Argentino de Herpetología que se realizó en la ciudad autónoma de Buenos Aires. La ponencia versa sobre la contaminación industrial y con agrotóxicos que sufre este curso de agua. (ver https://sepresumeinocente.com.ar/grave-contaminacion-en-el-arroyo-los-troncos/)
Luego de esta exposición los científicos continuaron con su trabajo de investigación. Ellos son la becaria y Jefa de Trabajos Prácticos Ana Paula Cuzziol Boccioni, y los investigadores y las investigadoras Paola Peltzer, Andres Attademo, Leonardo Leiva, Carina Colussi, María Repetti, Karen Russell-White, Noelia Di Conza y Rafael Lajmanovich, quienes llegaron a conclusiones alarmantes que fueron publicadas por la prestigiosa revista internacional Water Environnement Research.
Entre ellas puede mencionarse que los contaminantes existentes en el curso del agua alteraron por completo el ciclo natural de este entorno causando –entre otras alteraciones- la muerte de tortugas y anfibios llegando a compatibilizar una letalidad de un 25% de renacuajos que son especies sensibles a cambios ambientales.
Ana Paula Cuzziol es una de las responsables de esta necesaria e importante investigación y en diálogo con este periodista aclaró que el tema es grave ya que “las tortugas de agua son los animales más resistentes a condiciones adversas en el agua, por lo que la muerte de esta especie indica que la contaminación es muy alta”. Tan es así que dentro del trabajo de campo efectuado los investigadores recorrieron aproximadamente 5 kilómetros y llegaron a encontrar un centenar de tortugas muertas. En el mismo territorio no pudieron hallar otro sigo de vida vegetal ni animal.
Lo hallado por los investigadores revela que en el lugar estudiado se encontraron nueve pesticidas que exceden de manera exagerada los mínimos índices de componentes que no afecten la vida en el lugar.
Cuzziol alerta que para llegar a estas conclusiones tomaron muestras de agua que fueron analizados, inspeccionaron la biota y los sedimentos donde encontraron residuos de plaguicidas, pesticidas y herbicidas entre otros componentes junto a amonio. Para que se tenga en cuenta el alto grado de contaminante en ambos cursos de agua, vale aclarar que, según la jurisprudencia, el valor de bacterias coliformes debe oscilar entre 150 y 1500 unidades por litros y lo que encontraron en el lugar supera los 5 millones.
AFECTA LA SALUD HUMANA
Desde algunos sectores suelen minimizar estas acciones contaminantes con el entorno argumentando que la necesidad de producir para satisfacer necesidades humanas se encuentran en un peldaño superior al cuidado del ambiente. Esta visión resulta ser tan cruel como incompleta pues no resulta incompatible un sistema productivo que también preserve el cuidado del entorno.
Como lo dice la misma Ana Paula Cuzziol “Uno no está contra la producción lo que se pretende es que los deshechos se traten como corresponde, muchos de esos canales son ilegales, están enfermando la salud del ecosistema y la nuestra también. Viene pasando hace mucho tiempo y el efecto es acumulativo. Hay muchos residuos que son duraderos en el tiempo. Nosotros mismos podemos estar acumulando estas sustancias en nuestro cuerpo, y los efectos son silenciosos pero cada contaminante puede ir afectando que a la larga se puede traducir en algo más significativo”
Ya desde hace tiempo en distintos lugares se profundiza sobre los derechos que le caben a la naturaleza. De hecho algunos países (Bolivia, Ecuador) lo tiene entre su marco legal.
Se sabe además que a un territorio enfermo le corresponde cuerpos enfermos, y eso es lo que sucede en este caso.
Aguas abajo del sitio donde se llevaron a cabo los análisis desemboca en el río Coronda que resulta ser un importante suministro de agua potable para los habitantes de Desvío Arijón y esta realidad, según la becaria Ana Paula Cuzziol estaría provocando ecocidio en humedales, pero también podría estar afectando silenciosamente la salud humana.
No se trata de una denuncia sin sentido. El arroyo Los Troncos desemboca 700 metros arriba sobre la toma de agua de la localidad de Desvío Arijo que alimenta el consumo de sus habitantes y, si bien es agua se potabiliza el trabajo alerta sobre la posibilidad de que algún residuo de toda esa contaminación pueda terminar en las canillas.
A esta advertencia hay que sumarle la denuncia efectuada por productores de la zona que afirman que ganado que han consumido esa agua han enfermado e incluso murieron
Esta hipótesis no forma parte del trabajo realizado por los científicos pero la duda y la advertencia amerita una preocupación de aquellos que deben velar por la salud de la población.