Por Ricardo Serruya
Un grupo de científicos del Conicet del Laboratorio de Ecotoxicología de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral (FBCB-UNL), nos tiene acostumbrados a trabajos serios y dignos. Desde hace mucho tiempo Paola Peltzer, Lucila Curi, Maximiliano Attademo y Rafael Lajmanovich vienen investigando y demostrando el impacto que generan las fumigaciones en los anfibios (ranas y sapos)
Hace unos días, y después de varias campañas arroceras, demostraron que diferentes agroquímicos que se vuelcan en los cultivos de arroz de Santa Fe y de la provincia de Chaco generan serios problemas en los cuerpos de ranas y sapos que, por su contorno, habitan estos húmedos sembradíos.
Con trabajo de campo, en terrenos donde se cultiva soja y arroz, estos investigadores ya ha demostrado la importancia que poseen estos animales como controladores naturales de insectos peejudiciales para estos cultivos o que afectan nuestra salud, como es el caso de la mosca carroñera que transmite numerosas enfermedades. El no respeto de los sitios reproductivos de las ranas en las plantaciones no solo perjudica el ciclo natural de control de plagas, sino que –además- atenta contra nuestra salud
Por esta razón, y otras, ya en el año 2003, algunos de estos investigadores relataban que no se debe utilizar agroquímicos cerca de los cursos agua (ver https://www.unl.edu.ar/noticias/news/view/investigan_la_importancia_de_los_anfibios_en_los_agroecosistemas#.YKJzn75KjIU)
Las investigaciones que se vienen realizando hace años con los anfibios no resulta caprichosa. Estos vertebrados de sangre fría son excelentes modelos experimentales en biología, biología molecular o genética. Por otro lado el Dr en Ciencias naturales de la Universidad Nacional del Litoral e investigador del CONICET, Rafael Lajmanovich aclara que “ a nivel ambiental se usan como bioindicadores, o sean dan señales de alarma, son susceptibles porque absorben todo tipo de contaminantes por su piel permeable, respiran por la piel y eso hace que los contaminantes entren mucho más rápido. El estudio en ellos es para buscar las afecciones en grupos cercanos a poblaciones humanas como señal de alerta. En los últimos años se ha descubierto que algunos de los mecanismos del desarrollo o hormonales que tiene los anfibios son equiparables (más allá de que son más primitivos) a los mamíferos, o sea a nosotros. Con la salvedad que la forma de exposición no es la misma pero si lo son los mecanismos a nivel biológicos que pueden ocurrir sobre todo a nivel hormonal o des desarrollo”
El reciente l trabajo fue publicado en la revistacientífica de los Países Bajos, Water Air & Soil Pollution, donde queda demostrado que el uso de pesticidas en estas arroceras produce serias anomalías en el hígado y los testículos de ejemplares adultos de ranas y sapos. Como hace tiempo lo vienen alertando, el mismo Lajmanovich aclara que “… estas especies están expuestos a algún disruptor hormonal ya que los efectos son típicos de estas irrupciones que, muy posiblemente, sea originado por la presencia de agroquímicos que allí se vierten”
Es sabido que en este tipo de cultivo transgénico se vierten miles de litros de pesticidas como bentazon, propanil , 2,4-D y el infaltable glifosato, entre otros funguicidas, pesticidas e insecticidas que se utilizan habitualmente.
Los pragmáticos y posibilistas dirán que no hay otra forma – en esos días- que cultivar arroz con estas prácticas y que ese es el precio a pagar si se quiere tener una producción masiva.
Si dicha aseveración se funda en darle de comer al mundo hambriento, ya está demostrado que nada más lejos de la realidad. Aún así existen otras maneras de producir arroz sin afectar al ambiente ni la salud de los trabajadores, los habitantes de la zona y los consumidores.
ARROZ AGROECOLOGICO EN SAN JAVIER
La delegación San Javier del Ministerio de la Producción de la Provincia de Santa Fe junto a otras instituciones impulsan –desde el año 2008- experiencias de producción agroecológica del cultivo de arroz.
Desde aquellos días a hoy algunos productores de la zona continúan con resultados muy positivos: no solo cada año aumentan la superficie sembrada, sino que han mejorado las técnicas y variedad de producción. La calidad de lo conseguido es óptima, no deben comprar pesticidas –con el importante ahorro que ello significa y la contribución que ofrecen al ambiente- y lo comercializan de manera directa a través de la red de comercio justo y de mercados solidarios.
Esta experiencia es también acompañada por el investigador independiente del CONICET, Dr en Ciencias biológicas y docente de la Facultad de bioquímica y Ciencias biológicas de la Universidad nacional del Litoral Andrés Maximiliano Attadeno.
El trabajo que ya lleva varios años y que dio tan buenos resultados, demuestra que otra manera de producir es posible e inclusive más ventajosa para los productores que trabajan en mejores condiciones para su salud, protegen el medio ambiente, generando un producto sano.
Todos ganan, los sapos y las ranas, también.