Por Ricardo Serruya
Nuestras abuelas tan amantes de los sabios refranes populares solían decir que hay
que predicar con el ejemplo.
Perón tenía una frase que hoy resulta ser una de las verdades peronistas. El
afirmaba que “mejor que decir es hacer, y que mejor que prometer es realizar”.
Podríamos continuar con proverbios, frases bíblicas, dichos de referentes
nacionales y mundiales donde todos coinciden sobre la necesidad de mantener una
postura de vida coherente, accionares que reflejen lo que uno que es. Si embargo
esto que se dice fácil resulta complicado, para algunos, de concretar. Algunos
casos ocurridos esta semana marcan que no resulta sencillo concretar acciones
coherentes y, una vez más, presenciamos actos de falta de empatía.
En Nicaragua José Francisco Ruiz, de 75 años y destacado periodista deportivo fue
nada empático e irresponsable. En su programa que se emitía por el canal estatal
de televisión dijo que el coronavirus es “maricón” (resulta inverosímil que todavía
algunos utilicen este término como sinónimo de insulto o al menos desprestigio), y
–enmarcado en el grupo de los mortales que se suman a teorías connspirativas-
relató que todo se trataba de una conspiración mundial para controlarnos y hasta
se animó aconsejar remedios caseros como gárgaras con agua y sal y baños de
vapor con hojas de eucaliptus
El miércoles a la noche, después de pelearla durante varios días, falleció de Covid
19 .
No es el único caso. En nuestro país, Raúl Timerman, un reconocido consultor
político, director de Grupo de Opinión Pública, decidió escribir hace unos días un
twit que textualmente decía “Los cansados, estresados, aburridos y angustiados
por la cuarentena, se sentirían más aliviados si en lugar de 1000 muertos
tuviéramos 20.000?» La pregunta, usando cierta ironía, era pertinente y apuntaba
hacernos pensar ante tanto discurso y accionar subestimando un virus que
contagió a casi 10 millones de personas y mató a más de 480 mil
La mayoría de las respuestas felicitaban o apoyaban , algunos mensajes
–entendibles- hacían referencia a la penosa situación económica que atravesaban
hasta que apareció uno de Silvia Mercado. Mercado fue la principal publicista del
macrismo, y muy suelta de cuerpo escribió: «La verdad que sí. Encontraríamos más
sentido a las restricciones. Así, es muy difícil». Para Silvia Mercado, si tuviéramos
20 mil muertos podría entender su pesar de no poder salir de su casa.
Una falta de empatía que roza (o lo invade) con lo criminal, al menos desde el
punto de la construcción del mensaje.
Más allá de la catarata de escritos de repudio que recibió, la postura de la ex
periodista marca el desprecio que tienen muchos por la vida de los semejantes,
preocupadospor lo muertos a contar y ver si alguno más o alguno menos alcanza
para tomar medidas, que la de computar las vidas que se salvan.
Casos que se repiten en todo el mundo: Trump minimizala pandemia, concurriendo
a actos sin barbijos lo que hace, no solamente no cuidarse el sino que pone en
riesgo a los demás, persiguiendo al que no piensa igual, obligando a enormes
bolsones de la población de su país a tener que llevar una vida que lo acerca
peligrosamente a la enfermedad. No casualmente Noam Chomsky calificó al
presidente nortemaricano como «el peor criminal de la historia». El notable
pensador afirmó que “Nunca ha habido una figura en la historia política que se
haya dedicado tan apasionadamente a destruir los proyectos para la vida humana
organizada en la tierra en el futuro cercano” y lo responsabilizó “por la muerte de
«miles de personas» por los recortes en la financiación de la atención médica y la
descarga de sus responsabilidades de liderazgo en los gobernadores estatales
durante la pandemia de coronavirus, para finalizar diciendo que se trata de una
gran estrategia para matar a mucha gente y mejorar su chance electoral.
El último ejemplo que uso hoy es nuestro, bien criollo. Todos conocemos la
incontinencia verbal de Baby Etchecopar, un disparador serial de epítetos que por
lo general no puede demostrar (una de las acciones más antiperiodísticas) , sino
que además agravia a decenas de sectores a los cuales él, éticamente, no les llega
ni a los tobillos.
Seguramente envalentonado por participar de la mesa de almuerzo de Mirta
Legrand, muy impunemente comparó a la vicepresidenta de la Nación con el
cáncer. Al igual que el grafiti pintado en una pared de Buenos Aires en 1952 que
vivaba al cáncer porque se había llevado a Eva Duarte, ahora compara una mujer
–que puede gustarte o no, podés coincidir con ella o no, pero que llega a los
máximos estratos de poder político por 3ra vez- con la peor de las desgracias.
Fiel a su mente pigmea dijo además que se trata de “una señora sola”. Arcaico
pensamiento que supone que la única manera de realización que tienen las
personas –fundamentalmente las mujeres- es si se tiene alguien al lado. En el caso
de la mujer ese alguien debe ser un hombre.
Ya casi nada sorprende de este tan mal actor que tuvo que inventar ese personaje
de enano fascista para escupir odio frente a la pantalla del televisor pues ni el cine
ni el teatro lo convocan. Ya no puede hacerlo por radio pues era tan bajo su rating
que le levantaron el programa . Lo que sí sorprende es que ninguno de los
invitados: Gonzalez Oro, Feimann (el malo) o Carnota haya dicho algo. De la
conductora, Juana Viale poco se puede esperar.
Alguien dirá que este enfado resulta exagerado. Puede tener razón, solo es
necesario explicar que no se trata de un término desacertado, sino que es un
episodio más –de tantos- que Etchecopar protagoniza.
En el año 2013, se refirió despectivamente a las mujeres mayores de 40 años y dijo
que las que no tengan “una medida estándar, algo que no sea comestible, una
mujer común y potable” hay que darle “un martillazo en la cabeza”. Para el
dinosaurio Etchecopar si no sos linda –según sus parámetros- sos desechable y
También el año pasado en Radio 10, después que se informó de un paro de los
trabajadores de Aerolíneas Argentinas aconsejo no hacer la carrera de azafata.
“Anda a una casa de masajes, dijo, por ahí te conviene con final feliz. Ganas más
plata en menos tiempo
No habrá que olvidarse que hace nos meses la justicia de la ciudad de Buenos
Aires lo sentenció por discriminación y violencia de género por haber atacado,
perseguido e insultado a mujeres de una organización social que le habían hecho
un escrache en la puerta de la radio.
La semana pasada, arremetió contra la diputada del Frente de Todos Jimena López,
por la presentación de un proyecto que le agregaba al término Cámara de
Diputados el de diputadas, un pensamiento lógico si se tiene en cuenta que casi la
mitad de los y las representantes son mujeres
Es parte de su estrategia –y pensamiento- pre diluviano, insultar a todo aquel o
aquella (fundamentalmente a aquellas) que para él no merecen respeto: insulta a
homosexuales, kirchneristas, lesbianas, desocupados, zurdos y manifestantes por
igual aunque nunca propone argumentos. Tan sencillamente porque no los tiene.
Las abuelas dicen que hay que predicar con el ejemplo, también dicen que para
muestra, basta un botón y Charly Garcia canta que los dinosaurios van a
desaparecer.
Ojala!