(Por Ricardo Serruya)
La Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) es un organismo que depende del Ministerio Público Fiscal. Una de sus dependencias es el Área de de Análisis e Investigaciones Interdisciplinarias que, cada seis meses, realiza un informe sobre la realidad de las poblaciones carcelarias.
Los datos son elocuentes. Cada vez hay más presos en la argentina, muchos de ellos sin condena y viviendo en situaciones muy precarias.
En los últimos seis meses la población en las cárceles de la Argentina aumento en un 2,7% llevando la población carcelaria al número de 11.612 reclusos. Estos números corresponden al período comprendido entre diciembre de 2023 y junio de 2024 y anuncia que hay 680 personas por encima de la capacidad que tienen las cárceles federales: un 6,2% más de lo que debiera existir.
El análisis de estos guarismos anuncian una la realidad acuciante: en el último tiempo el número de presos detenidos aumentó en un 3,5%. De ellos puede apreciarse que los jóvenes ( de 18 a 21 años) aumentaron en un 9% y más de la mitad de ellos se encuentran sin condena. En el caso de las mujeres hoy en las cárceles argentinas hay 5 mujeres embarazadas y 7 que cumplen condena con sus hijos en la misma celda.
LOS DATOS
El informe es muy completo y abunda en datos que obliga –al menos a este periodista- a una lectura pormenorizada y detallada. Toda la información se basa en los reportes publicados en el sitio web del Servicio Penitenciario Federal que luego son sistematizados y procesados por el Área de Análisis e Investigaciones Interdisciplinarias de la Procaduría citada que para este trabajo está compuesta por la Licenciada en Sociología, María Luz Damone; la Magister en Sistema Penal y Problemas Sociales, Victoria Rangugni; la estudiante de Antropología, Luciana Virgolini y la Licenciada en Psicología, Mariana Vigil.
Según detallan sus responsables toman los datos de los que publica mensualmente el Sistema Penitenciario Federal que informa el total de personas privadas de libertad bajo la órbita de la justicia nacional y federal. Aclaración importante ya que no incluye información sobre detenidos/as en cárceles provinciales, institutos penales para personas menores de edad ni dispositivos federales tales como dependencias de Gendarmería, Prefectura Naval, etc, lo que revela que el número total de personas privadas de la libertad es mucho mayor.
Como se informó precedentemente en junio de este año el Servicio Penitenciario Federal reportó 11.612 personas privadas de la libertad aumentando, solo en este primer semestre, en 301 personas, casi un 3% más, elevando la sobrepoblación carcelaria a un 6,2% ascendiendo la capacidad de alojamiento a 680 personas.
Esta realidad se explica, en parte, por el aumento de detenciones que –entre las realizadas por la Justicia Federal y la Nacional- llegan al 5,5%, En este contexto la franja etaria con más detenciones son los jóvenes entre 18 y 21 años que al mes de junio de este año ascendían a 304 reclusos, experimentando un aumento del 9% siendo este el grupo que más creció en términos de población dentro del Sistema Penitenciario. El peor registro es el que detalla que casi el 60% de estos jóvenes se encuentra detenido sin condena firme, transformándose en el grupo poblacional que proporcionalmente más sufre detenciones preventivas.
En un segundo triste lugar de sectores con más detención se encuentran las mujeres y personas travestís-trans. En este casi aumentaron, en tan solo 6 meses, en un 4,3%. Mucho más desalentador son los datos que se brindan de los primeros 6 meses de 2024 ya que, las mujeres detenidas aumentaron en un 4% y la población travesti-trans registró un crecimiento del 10,3%.
De los más de 11000 personas detenidas y privadas de su libertad casi la mitad (43,6%) estas procesadas pero sin condena. Una realidad que hace muchos años se vive en nuestro país: gran parte de la población carcelaria espera mucho tiempo para que la justicia declare su inocencia o su culpabilidad . Este dato no solo explica –en parte- la superpoblación carcelaria, sino que demuestra que la lentitud de la justicia puede dejar por años detenido a una persona que luego se decreta su inocencia.
En este contexto el porcentaje de mujeres y personas travesti-trans cumpliendo prisión preventiva es mayor al de la población general en esa situación. La diferencia, en términos relativos, es del 11,3% y si bien puede percibirse una tendencia hacia el aumento de las condenas, más del 45% de mujeres y personas travesti-trans están encerradas procesadas y sin condena.
CONCLUSIONES
Los datos siempre son importantes. Sin ellos no se conoce la realidad y sin tener esa información no hay manera de solucionar un conflicto o reponer un hecho injusto. Una afirmación tan cierta como que, en ocasiones, el dato solo se da a conocer como un hecho informativo sin que sirva para actuar sobre una realidad acuciante.
En este caso los publicado demuestra que la gente detenida aumenta ocupando cárceles que, desde hace tiempo, se encuentran superadas en población. Ante esta realidad la respuesta de diferentes gobiernos es la de construir más cárceles,hecho que no ocurre o al menos no en la cantidad que se necesitarían.
En este debate no aparece -si ocurre es en proporciones muy escasa- estudios y análisis que analicen esta vivencia: ¿Es la realidad social la que invita o induce a individuos a delinquir?. ¿Existen otras causas?. ¿Nuestra sociedad ha aumentado en hechos violentos de manera desproporcionada? ¿Siendo los jóvenes una de las franjas etarias con más detenciones que expectativas e ilusiones ofrece la política argentina a este grupo?. Preguntas que debieran hacerse si se quiere abordar el problema desde miradas más empáticas y justas. Transformar el país en una gran cárcel no es la solución racional.
En lo que concierne a la justicia, el informe demuestra una gran deuda: casi la mitad de las personas no poseen condena, el hecho no solo aumenta la población carcelaria de manera exponencial, sino que vuelve a demostrar que, posiblemente, inocentes pierdan parte de su vida detenidos.
La política y la justicia deben buscar la solución a un gran problema nacional que lleva décadas.