Por Prof. Dr. Raúl Montenegro, Biólogo (*)
Leí la noticia con estupor. El gobierno de Javier Milei, a través de la ministra Sandra Pettovello, intervino por resolución la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo.
La consigna del gobierno es derrumbar el sistema educativo público y gratuito. Pero también destruir los mundialmente reconocidos avances en materia de derechos humanos que logró Argentina.
Negacionismo en estado puro. Pero negacionismo toxico y peligroso.
Está cada vez más claro. El gobierno nacional opera sobre las universidades públicas con dos técnicas.
En primer lugar, desfinanciando las universidades para que internamente las autoridades, como en el caso de la Universidad Nacional de Córdoba, pasen a ser los liquidadores de sus áreas más vulnerables, como los Servicios de Radio y Televisión de la Universidad Nacional de Córdoba (SRT).
La consigna pareciera provenir de una película siniestra, donde un rey mitómano les ordena a sus lacayos: «dejen de enviarles a la academias el dinero que hemos recaudado del pueblo, y que se maten entre ellos para distribuir la escasez».
Es lo que está sucediendo. Gobernadores que se inclinan ante la nación para que sigan enviándoles fondos. Intendentes que agachan la cabeza ante esos gobernadores para no quedar fuera del reparto. Rectores universitarios que, en lugar de luchar contra el mitómano de turno, prefieren usar la motosierra local.
Pero también ocurren, al mismo tiempo, sugestivas coincidencias. Por ejemplo en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Como es de público conocimiento, las máximas autoridades se adaptaron dócilmente a los recortes ilegales del recorte presupuestario dispuesto por el gobierno de Javier Milei. ¿Cuál fue en este caso la casualidad? Sucede que numerosos programas de los Servicios de Radio y Televisión de la UNC vienen siendo fundadamente críticos ante la crueldad con que el gobierno de Milei desarma el Estado Nacional, fomenta la expulsión de trabajadoras y trabajadores, y hace aumentar a niveles inéditos la pobreza. Sugestivamente en la Universidad Nacional de Córdoba los recortes más brutales se concentraron, precisamente, en los SRT.
En segundo lugar, el gobierno despliega una técnica de presión dual y reforzada. Emplean inicialmente el destructivo desfinanciamiento, pero si no se ponen en marcha mecanismos liquidadores internos, y la universidad sobrevive defendiendo sus derechos -es el caso de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo- se la interviene.
El gobierno no le perdonó que presentaran una medida cautelar ante la Justicia para que el Ministerio de Capital Humano les girara todos los fondos previstos en el presupuesto nacional, 550 millones de pesos.
Esta intervención es de una gravedad institucional extrema.
Usando métodos propios de la dictadura, pero con pátina superficial de democracia, el gobierno nacional designó un “interventor normalizador” para que sustituya a las autoridades de esa Universidad elegidas democráticamente. Curiosa, pero previsiblemente, una semana antes de la intervención federal, el Juez Pablo Cayssials desestimó la medida cautelar presentada por la Universidad de las Madres para que el Ministerio de Capital Humano les enviara los fondos arbitrariamente retenidos por Sandra Pettovello. El juez argumentó que el planteo no era claro, carecía de “base legal sólida”, y que por tratarse de un “reclamo patrimonial”, debía seguir otras vías. El Ministerio de Capital Humano y la justicia pisotearon así, con argumentos irrelevantes y burocráticos, el bien más preciado de la Argentina académica: la autonomía universitaria.
El gobierno que niega los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la sangrienta dictadura cívico-militar de 1976-1983, y que se burla de la cifra de 30.000 asesinados y desaparecidos, acaba de intervenir uno de los símbolos más visibles -y públicos- de madres que vienen luchando por la verdad, la memoria y la justicia.
Lo que venía pasando con la radio y la televisión de la Universidad Nacional de Córdoba, los SRT, era un anticipo de lo que iba a suceder con la Universidad Nacional de Madres de Plaza de Mayo.
En Córdoba, con actores más papistas que el papa, se procedió al vaciamiento de un medio universitario con 66 años de historia, valentía informativa, y una constante preocupación por divulgar la ciencia y los derechos de los ciudadanos.
Lamentablemente, en el caso de la torpeza de los liquidadores de los SRT también hubo complicidad de quienes -siendo parte de la UNC- no entienden lo que significa para una universidad disponer de un multimedio único a nivel nacional, y mucho menos, lo que implica achicarlo para que sus gastos se ajusten a una planilla de Excel.
Ojala que las autoridades de la UNC, que se han mostrado tan tibias ante el ataque del gobierno de Javier Milei contra las Universidades Públicas, asuman la gravedad de lo sucedido con la Universidad Nacional de las Madres de Plaza de Mayo. Esperemos que la UNC, siendo una de las universidades más antiguas de América Latina, sus autoridades aprendan de una universidad entrañable y extremadamente joven, la Universidad de las Madres.
No se trata solamente de que cada universidad desfinanciada se achique. No se trata de actuar, ante el ahorcamiento presupuestario nacional, como prolijos liquidadores internos. Obedecer sin luchar se acerca demasiado a la complicidad.
Con qué facilidad se ha olvidado el desguace del CONICET, y la insensata destrucción del sistema científico-tecnológico nacional.
¿Cuál será la próxima tibieza local? ¿Cuáles serán los nuevos argumentos mentirosos de la Nación? ¿Argumentar que la Universidad de las Madres adoctrinaba estudiantes? ¿Que su presupuesto, examinado con la misma ineptitud con que Sandra Pettovello «inventarió» los alimentos y las mantas, tenía «irregularidades»? ¿Qué los órganos, votaciones y decisiones colectivas de la Universidad de las Madres tienen menos valor que las resoluciones de una “licenciada en ciencias de la familia” como Sandra Pettovello que le cortó el financiamiento a los comedores populares, acaparó alimentos ante el hambre, y no distribuyó mantas en pleno invierno?
¿Seguiremos alimentando la tibieza, cuando los servicios secretos de la Nación son dotados con un presupuesto de 100.000 millones de pesos para usos reservados, equivalente a todos los gastos de un año de una gran universidad pública?
¿Seguiremos haciendo cálculos para mejor distribuir la escasez, mientras el Rector de la UNC, y las autoridades de los SRT fuerzan jubilaciones anticipadas, y siguen sin pagar la totalidad de los sueldos y aguinaldo a las empleadas y empleados de los SRT? ¿Porqué en lugar de actuar como liquidadores internos, no siguieron el ejemplo de la Universidad Nacional de Madres de Plaza de Mayo, presentando medidas cautelares ante la justicia federal? ¿Porqué las autoridades de la Universidad Nacional de Córdoba no convocaron a un gran frente nacional de todas las universidades públicas en defensa de sus presupuestos aprobados por ley, y de la autonomía universitaria?
El pueblo Argentino no puede quedar en silencio ante el grito desgarrador de los torturados por la dictadura cívico-militar de 1976-1983. No puede quedar en silencio ante los asesinados y desaparecidos de los Años de Plomo. No debe quedar en silencio. Pues esos gritos desgarradores, esos asesinatos, esas desapariciones, y los secuestros de bebés, son la raíz más dolorosa y profunda que nutrió las luchas de las Madres y de las Abuelas de Plaza de Mayo. Y la Universidad de las Madres –la universidad pública y gratuita que intervinieron Sandra Pettovello y Javier Milei- es el árbol renacido de esas raíces.
Solo la falta de humanidad, y sobre todo, un enorme miedo a la verdad, al conocimiento vuelto público, y a la sociedad organizada, pueden explicar que el gobierno de Javier Milei haya intervenido la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo. Una vergüenza internacional más, y una autonomía universitaria menos.
Hoy más que nunca necesitamos Memoria, Verdad y Justicia. Pero también autocrítica. Y valentía para reemplazar tibiezas cómplices, por actitudes que reflejen el espíritu de quienes impulsaron la Reforma Universitaria de 1918.
La Universidad Nacional de las Madres de Plaza de Mayo debe ser apoyada, fortalecida y premiada, no intervenida. Hoy, más que nunca, todas y todos somos la Universidad de las Madres.
(*) Prof. Dr. Raúl Montenegro, Biólogo. Profesor Titular Plenario, Cátedra «A» de Biología Evolutiva Humana (Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba). Director, Campus Córdoba del Colegio de los Premiados con el Nobel Alternativo (Right Livelihood College). Presidente de FUNAM, la Fundación para la defensa del ambiente. Premio Nobel Alternativo 2004 (Right Livelihood Award, Estocolmo, Suecia). Premio Global 500 de Naciones Unidas 1989 (UNEP-Bruselas, Bélgica). Premio por un Futuro Libre de Nuclear 1998 (Salzburgo, Austria). Premio a la Investigación Científica (Universidad de Buenos Aires, Argentina).